Galería 3d

miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD NACIONAL, EL KITSCH, LA LUNA.

La verdad es que lo que pinto, mi manea de pintar en todas sus épocas, simepre me ha arecido independiente y libre. Nunca me he egido por normas cerradas ni me he visto limitado en mi expresión por la que a veces ha sido mi falta de conocimiento técnico, ni tan siquiera éta razón ha limitado mi etsilo a, por ejemplo, tener la necesidad de crear obras únicamente con la necesidad de crear obras únicamente con el objetivo de mejorar mi calidad técnica. Pero sí que tengo una queja, algo que aunque pudiera sonar limitador, es en realidad una expresion de libertad con la que siempre he tenido problemas, se trata de mi incapacidad para tener un "estilo local"; yo soy sevillano, andaluz y español como podría ser parisino y francés. Me refiero a que no tengo rasgos que me definan como perteneciente a una región.

Ésto resulta en parte de mi deseo de buscar un lenguaje universal, un lenguaje de sentimientos y emociones y no de sentimientos locales, cerrados y excluyentes, es decir, de localismos. Pero Lorca o Picasso nunca fuerosn localistas y sin embargo nunca perdieron sus raíces, un modo de volcar al mundo su propia individualidad, su identidad. Además, precisamente nuestra región es una región cargada de historia y tradiciones arraigadas en una cultura muy potente.

Pero éste defecto de falta de localismo no es exclusivamente mio como artista, sino de casi todos los artistas modernos en general y por extensión de casi toda la sociedad, no solo andaluza o española, sino a nivel mundial.

Los artistas somos hijos de nuestro tiempo, incluso cuando se rememoran tiempos pasados en nuestras obras o se "copia" lo que nos rodea; el tiempo presente nos atrapa, pues una época permite sólo unas pocas formas incluso de escapar a este tiempo.

Por ejemplo, Van Gogh o Caravaggio o El Bosco, se puede decir que fueron revolucionarios, diferentes, que supieron prever lo que quedaba por venir, pero en realidad, en la pincelada "impresionista" de Van Gogh, en los temas de Caravaggio o en la misma forma de pintar, un poco primitiva, de El Bosco, se reconocen los vestigios de una época, de un entorno concreto.

Eso pasa actualmente, no nos hemos librado de ello; el sino que manipula nuestro tiempo es la "globalización", la unificación de las formas, o incluso cuando aún quedan formas, como aquellas que da la identidad a un pueblo, éstas han perdido casi todo su contenido y quedan para momentos especiales, como las fiestas, donde cada pueblo cree recuperar las viejas costumbres o la tradición, pero no es mas que forma y como ya he dicho, carece de contenido.

Cuando, por ejemplo, por lo que me toca, decimos los sevillanos que la feria de abril es única ¿de qué estamos hablando? La feria de abril es una fiesta de alcohol y diversión, donde nos vestimos con trajes típicos. Por lo tanto no es tan diferente de las fiestas de la cerveza alemanas o las típicas ferias de pueblo norteamericanas.

O incluso cuando tenemos fiestas auténticamente únicas, como puede ser en Sevilla y Andalucía la "Semana Santa" (que en realidad no deja de ser una típica procesión de santos) Ésta ha perdido su significado, se ha convertido en el fondo en una diversion más, ya prácticamente no hay recogimiento y verdadera devoción (base de dicha celebración), actualmente la devoción es falsa e idólatra. Actualmente no es más que ocio, tiempo libre que queda entre negocio y negocio. El ocio es el "Circo Máximo" del siglo XXI, una gran lacra a nuestra imaginación.

En la actualidad es cada vez más complicado ser honesto con lo que cada uno es; a veces sufro porque veo que puedo no ser consciente de si mi arte puede ser kistch, es decir, vacío de contenido. Quizás sólo el conocer, pero conocer de verdad, con avidez y desinteresadamente, quizás sea eso lo único que nos puede permitir ser realmente únicos, saber qué es cada cosa y abandonar el kistch

Bueno, una de las pocas cosas que me devuelve la identidad en mis obras es la Luna, sí, la Luna, algo que pertenece a toda la humanidad y a nadie a la vez, la vemos pero casi nadie puede alcanzarla. La Luna es universal, pero concretamente en Andalucía tiene una fuerza renovada; son innumerables los poetas que le han cantado a la Luna, tenemos un pasado musulmán cuyo símbolo es éste astro. La noche andaluza tiene una fuerza especial, sobre todo en primavera y verano. Cuando llega la noche acaba el calor sofocante y llegan los sonidos nocturnos de los pájaros y los insectos, llega la brisa que reconforta, llegan los sonidos del agua y los olores a flores como el jazmín.

Además, en Andalucía somos Selénicos, es decir, adoradores de la Luna, desde siempre. Adoradores de la Luna como ente femenino, como diosa de la fecundidad de nuestros campos, que son a su vez nuestras innumerables v´rgenes María de la era cristiana. La Luna es la cultura de Andalucía, aquel astro que permaneció en silencio, siempre igual sobre nuestras cabezas, mientras nuestro propio entorno cambiaba; antiguas civilizaciones construían caminos, minas y casas que ahora son las colinas sobre las que se asientan nuestras propias ciudades. Pero la Luna sigue idéntica.

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